lunes, 26 de febrero de 2007

Banderas de nuestros padres

No, esto no va a ser una crítica de esta película, es simplemente contar una sensación rara que tuve con esta película.

El resumen es: me ha gustado. Y me ha gustado mucho. Pero es de esas películas, como "El Hundimiento", que te dejan... chof!. No hay otra forma fácil de expresarlo. Pero lo que más me impresionó fue la actitud del público en la sala.

Normalmente, en cuanto encienden las luces tras la proyección, todo el mundo se pone en pie, habla en voz alta, hace ruido... mejor dicho, hace más ruido que durante la proyección... Pero esta vez no.

En Alatriste la gente hablaba entre sí, y se quedaba sentada para ver los lugares donde habían rodado las distintas escenas... Pero esta vez no.

Esta vez todo el mundo estaba sentado en su sillón, quieto, y guardando un silencio casi absoluto. Podría calificarse de solemne. Me sorprendió, porque que yo recuerde, jamás me había pasado nada semejante.

Espero poder ver pronto Cartas desde Iwo Jima. Tengo motivos suficientes para creer que va a ser todavía más chof! que Banderas... Pero creo que no se puede ver una sin ver la otra.

viernes, 16 de febrero de 2007

Fomentando la lectura

Siguiendo la estela de blogs de otros amigos, voy a seguir las instrucciones que ponen, para más o menos tratar de fomentar la lectura. Que conste que lo que voy a poner no es culpa mía.

Las instrucciones dicen así:
  1. Agárrese el libro que se tenga más cerquita.
  2. Vaya hasta la página 123.
  3. Váyase ahora hasta la quinta oración.
  4. Cópiense las siguientes tres oraciones y publíquelas en el blog.
  5. Nombre libro y autor, y póngasela de tarea a otros tres.


Sin embargo, debe saber que si inserta el valor numérico 00, el resultado almacenado no será 2000, sino 0000. Si quiere convertir un valor cero en 2000, debe especificarlo como una cadena "00".

No existen atributos específicos para los tipos de columna fecha y hora.
Mysql Edición Especial
Paul Dubois

sábado, 10 de febrero de 2007

El Gran Beso

El lunes a mediodía, antes de salir al examen de Redes, y mientras estaba comiendo, me puse el DVD de la segunda temporada de Doctor en Alaska. Es una serie que me ha gustado prácticamente desde el primer día que la vi. No sé muy bien por qué: personajes raros pero a la vez cercanos, una historia nunca centrada sobre un solo personaje, aunque el hilo conductor suele ser Fleissman, unos diálogos brillantes... Precisamente tres escenas me llamaron la atención, sobre todo porque me recordaron una entrada reciente en el blog de Miriel. No lo he puesto hasta ahora mayormente para transcribir bien los diálogos.

El primero, Maurice frente al micrófono en Radio K-OSO, sustituyendo a Chris:
  • ¿Sabéis? a menudo cuando recuerdas una situación, te das cuenta de que no fue todo como pensabas. La chica bonita entró en tu vida, te enamoraste de verdad. Puede que se tratara solo de una ensoñación infantil. quizás sólo un breve instante de vanidad.

En el bar de Holling entre Maurice y Fleischman.
  • Maurice: ¿Puedo hacerte una pregunta, Fleischman?
  • Fleischman: ¡Claro!
  • M: Cuando conociste a Elaine, ¿sentiste algún dolor?
  • F: ¿Dolor? ¿Dolor físico?
  • M: Sí.
  • F: Más o menos. Había cierto grado de ansiedad. Un nudo en el estómago... como si alguien me apuñalara. ¿Dolor? Sí, desde luego.
  • M: ¿Sabías que Einstein no pensó su teoría de la Relatividad? La sintió. Estaba en un tranvía en Viena, o en cualquier otro sitio, cuando le sobrevino. ¡Zas! Todo su cuerpo estaba excitado. Pero también se sintió enfermo, con náuseas. Tuvo que bajarse del tranvía antes de vomitar.
  • F: Sí, bueno. (con voz escéptica) Qué historia tan interesante, Maurice.
  • M: Cuando Holling vio a Shelley por primera vez, tuvo tortícolis. Yo estaba sentado a su lado. No pudo mover la cabeza durante tres días, le embargó.
  • F: ¿A dónde quieres ir a parar?
  • M: Bueno, parece que las grandes pasiones a veces te dan como un mazo.
  • Shelley: Buenos días, doctor Fleischman.
  • F: Hola. (Shelley le llena la taza de café) Gracias Shelley.
  • S: ¿Te lo lleno, Maurice?
  • M: (poniendo un semblante muy serio y sin mirar a Shelley) Claro que... a mí no me ha pasado.

Y la tercera, otra vez en el bar.
  • Shelley: Hola, Maurice.
  • Maurice: Shelley.
  • S: ¿Qué te pasa?
  • M: Shelley, ¿recuerdas cuando te traje hasta aquí desde Dawson City?
  • S: ¡Claro que sí! Me cojiste en brazos y me metiste en tu gran Cadillac, Maurice. ¡Menudo día!
  • M: Sí. Creía que estaba enamorado. Pero supongo que no.
  • S: ¿Eh?
  • M: Todo el mundo siente algún tipo de dolor cuando se enamora, Shelley. Yo no sentí dolor. ¡Estaba contento!
  • S: Yo sentí dolor.
  • M: ¿Ah, sí?
  • S: Tenía agujetas, ¿te acuerdas? Fui tumbada en el asiento de atrás casi todo el viaje. No dejabas de parar para comprarme calmantes y bálsamos, pero no hacían nada.
  • M: ¿No hacían nada?
  • S: También tenía jaqueca.
  • M: ¿Ah, sí? ¿Grande?
  • S: ¡Terrible! Para cuando llegamos aquí pensaba que tenía un tumor cerebral.
  • M: ¿Por qué no me lo has contado antes?
  • S: ¡Bueno! No quería estropear tu diversión. Voy a servir esto antes de que se enfríe. Puede que yo no significara nada para tí, Pero tú para mí sí. Me sentí como un perro enfermo mientras estuvimos juntos.
  • M: (Al poco rato, y con una sonrisa de oreja a oreja) Ah,¡ hahaha!

Recomiendo encarecidamente su visionado. Debería ser obligatorio.