Este post se me ha ocurrido a raíz de visitar los blogs de dos amigos de la STE. Y lo que ha salido es un batiburrillo junto con alguna ida de olla de concepción propia, así que la culpa no es (solo) de ellos.
Elia (¡qué raro se me hace llamarla por ese nombre!) se queja/sorprende de que la gente tira de comida basura y pasa de perder el tiempo en la cocina. Esto a mí no me sorprende, ya que solo la piso para calentar el vaso de leche en el microondas (¡qué gran invento!) o para hacer el café (inserte aquí smiley irónico).
Y en el otro Hugo (¡nombre más raro!) se "mosquea" porque sus alumnos no sepan hacer casi nada en matemáticas sin una calculadora. Aunque esto posiblemente sea por una ESO muy deficientemente implantada, no creo que sea la única explicación.
Aunque parezca lo contrario, ambas situaciones las veo relacionadas, porque en ambos casos la culpa es de la sociedad --pero esta vez va en serio--. Nos hemos acostumbrado a lo fácil. Lo cual quiere decir que también a lo cómodo. Y esto explicaría la dependencia de la calculadora.
Nos importa un rábano saber cómo funcionan las cosas por dentro. Lo que queremos es terminar la carrera o el bachillerato con el mínimo esfuerzo posible, y si ello implica que no aprendamos nada excepto las alineaciones de nuestro equipo de fútbol en 15-20 años, pues nada. En resumen, máxima recompensa con esfuerzo mínimo o nulo.
Y lo de la comida basura (que a mí me gusta, pero con moderación: donde esté un buen solomillo a la brasa poquito hecho que se quite el Long Chicken) responde al mismo esquema que la calculadora: si cascamos un huevo, queremos tener ya la tortilla hecha, ni se nos ocurre tener que esperar media hora desde que nos metemos en la cocina hasta que podamos empezar a cenar.
Y esto es algo que se notará en los foros de la UNED dentro de una semana. Cuando la gente haya terminado su primer examen, ya estará despotricando en los foros porque su examen todavía no se ha corregido.
Y por cierto, mientras estaba revisando esto, me doy cuenta que también está relacionado el creciente auge de la fotografía digital: no hay que esperar a terminar el carrete, y con suerte un par de días (o 1 hora si quieres que te lo hagan mal y rápido) para ver las fotografías: en la misma birriosa pantalla de la cámara puedes ver inmediatamente dónde la has cagado al hacer la foto. Aunque en este caso creo que eso es potencialmente bueno.
Pero cada cosa requiere su tiempo, ni más ni menos.
lunes, 14 de mayo de 2007
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